¿Qué es la fibromialgia?

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La fibromialgia es una enfermedad crónica que se caracteriza principalmente por un dolor generalizado del sistema musculoesquelético. Además, entre otros síntomas, puede generar depresión y ansiedad, cambios en la capacidad para descansar adecuadamente, fatiga, e incapacita a la actividad cotidiana. Aunque hay hombres que padecen fibromialgia, afecta mayormente a mujeres de mediana edad. 

Si bien se desconocen las causas de la  fibromialgia, existen una serie de desencadenantes  que pueden despertar de alguna manera la fibromialgia. Investigadores creen que una estimulación nerviosa continuada, una infección bacteriana o un accidente de tráfico traumático, puede provocar una alteración en los mecanismos encargados para disminuir la sensación de dolor y percibir mayor dolor que una persona sin fibromialgia.Ya hemos comentado anteriormente los principales síntomas que la fibromialgia puede provocar en la persona que la sufre. Aquí te dejamos una recopilación de estos síntomas que pueden aparecer:

  • Trastornos del sueño, a pesar de dormir perdura la sensación de cansancio.
  • Experimentar un anquilosamiento o rigidez del cuerpo.
  • Aumento en los episodios de dolor de cabeza o de la cara.
  • Dolor abdominal: alteración digestiva, estreñimiento y/o diarrea. 
  • Aumento en la frecuencia y urgencia para orinar.
  • Puede aparecer un entumecimiento u hormigueo en las manos o los pies.
  • Un aumento de la sensibilidad a la temperatura.
  • Se pueden experimentar problemas en la piel: molestias, piel seca o manchas.
  • Dolores del pecho
  • Problemas de vértigo y/o del equilibrio. 
  • Dificultad para concentrarse, lentitud mental, pérdida de la memoria.
  •  “Síndrome de las piernas inquietas” sobre todo cuando se está descansando o reposando.
  • Hipersensibilidad a la luz, cambios de temperatura, ruidos, olores 
  • Depresión y ansiedad.

A pesar de su alta incidencia -hasta el 2% de la población- el diagnóstico de la fibromialgia puede ser muy complejo puesto que no existe una prueba definitiva para establecer su diagnóstico. Por lo tanto, la valoración de un posible caso de fibromialgia debe llevarse a cabo utilizando un diagnóstico diferencial, es decir, se deben descartar otras enfermedades que puedan ser asociadas a la fibromialgia y que tienen síntomas muy similares, pero que se tratan de forma muy diferente. Para realizar este tipo diagnóstico, es posible que su médico pueda seguir las siguientes pautas:

  • Análisis de su historia clínica en busca de síntomas puedan apuntar hacia la fibromialgia. 
  • Un examen físico completo.
  • Se realizarán pruebas convencionales como radiografías y análisis de sangre que puedan descartar otras dolencias.
  • Comprobación siguiendo las guías para diagnosticar fibromialgia, en las que se incluyen:
      • Antecedentes de dolor generalizado en los últimos 3 meses.
      • Comprobar si existen síntomas físicos como la fatiga, despertarse con cansancio y problemas cognitivos relacionados con la memoria o la ansiedad.
      • Examinar los 18 puntos de dolor que se relacionan con padecer fibromialgia que el paciente presentó en la última semana.

El tratamiento de la fibromialgia es complejo y debería apoyarse en 3 pilares básicos para conseguir ofrecer el tratamiento más completo: el ejercicio físico, tratamiento psicológico, tratamiento farmacológico y el tratamiento con técnicas de neuromodulación no invasivas tDCS y TMS.

  • Actividad física moderada y continuada, ejercicio aeróbico y suave es uno de los principales benefactores interesados en la mejora de la calidad de vida de las personas que sufren fibromialgia.
  • Siendo cierto que la fibromialgia no es una patología mental, se relaciona con mucha frecuencia con alteraciones del estado de ánimo, ansiedad, depresión, problemas cognitivos. Para estos casos se consigue una gran mejora cuando se utilizan técnicas de psicoterapia combinadas con el ejercicio y el tratamiento farmacológico.
  • El tratamiento farmacológico se centrará en la utilización de analgésicos básicos (paracetamol) y antidepresivos y anticonvulsivantes que, aunque no fueron diseñados para tratar el dolor, se encargan de regular el sistema de señal que presenta el dolor equilibrando el estímulo que llega al cerebro y reduciendo los niveles de dolor. 
  • El tratamiento con técnicas de neuromodulación no invasiva tDCS y TMS ha demostrado ser muy efectivo para la fibromialgia. Es una técnica selectiva y no invasiva que genera cambios a nivel cortical y creando neuroplasticidad. Es capaz de paliar los síntomas de la enfermedad, mejorando la calidad de vida de los pacientes reduciendo el consumo de fármacos. 

Si eres profesional sanitario y estas interesado en conocer más acerca de esta técnica no invasiva que esta revolucionando el tratamiento de síntomas como el dolor crónico, ponte en contacto con nosotros y te explicaremos todas las posibilidades de la técnica.

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